Aunque el trabajo en remoto ya estaba presente en el panorama laboral de muchas compañías, no ha sido hasta la pandemia del 2020 cuando la totalidad de las empresas lo han asumido como una realidad, teniendo que adaptarse a este nuevo contexto.
Aquellas empresas que ya tenían políticas de digitalización y teletrabajo han terminado de confirmar que es una vía posible para garantizar el cumplimiento de objetivos manteniendo un balance con la vida personal de sus empleados. Por el contrario, ha habido muchas otras organizaciones que han tenido que poner la quinta marcha e implantar procedimientos y herramientas a pasos forzados para poder mantenerse operativas.
No cabe duda de que el trabajo en remoto tiene muchas ventajas como una mayor flexibilidad que ayuda al work-life balance, el ahorro de tiempo relacionado con el desplazamiento a la oficina o una mayor productividad asociada a la disminución de las distracciones en el espacio de trabajo.
No obstante, como muchas otras situaciones, el tele working trae consigo ciertos retos relacionados con la ausencia de cercanía física con los compañeros y con el equipo. Es responsabilidad de todo líder identificar las barreras y trabajar para gestionarlas adecuadamente.
Para gestionar equipos en remoto satisfactoriamente es clave identificar y potenciar cuatro áreas principales: la comunicación, el empowerment, la empatía y la confianza.
Si hay algo en lo que debemos poner especial foco en el liderazgo en remoto es en cuidar la comunicación más que nunca.
No sólo debemos cuidar la comunicación asociada a los hitos del proyecto, tareas o deadlines, sino que también es fundamental que cuidemos la comunicación informal que surge de manera espontánea en el equipo. Es precisamente la comunicación informal aquella que sufre más en esta situación, puesto que la cercanía física se pierde y con ella los cafés de por la mañana o las conversaciones en la comida, por lo que olvidarnos de ella a la hora de gestionar el equipo en remoto, definitivamente sería un error.
El líder en remoto debe tomar la iniciativa a la hora de comunicar al equipo organizando reuniones recurrentes para aspectos formales, así como “reuniones más informales” que hagan que no se pierda el sentido de pertenencia al grupo. Hay fórmulas sencillas para ello como “cafés virtuales” o “one to ones” que permiten crear un espacio distendido a la vez que profesional en el que pueden tratarse diferentes temas potenciando la cercanía y el seguimiento por parte del responsable.
De manera cross a todo este proceso, los líderes en remoto mejorarán la cercanía con el equipo si le hacen saber que están disponibles y contactan con cierta recurrencia con ellos de manera proactiva con el objetivo de conocer su estado y necesidades. En remoto, es fundamental mostrarse más cercano que nunca si queremos superar las barreras asociadas a la distancia física.
En resumen, el teletrabajo hace necesario que los líderes refuercen recurrentemente tanto la comunicación formal como la informal.
No es un secreto que las personas realizan su trabajo mejor y mas motivadas si comprenden el sentido de sus tareas, por lo que es clave que el líder en remoto traslade el objetivo global para que las “tareas” se vean como una pieza importante del objetivo final y de esta manera, el empleado asuma los retos como propios.
Comunicar el por qué y para qué de las tareas del equipo mejora notablemente el sentimiento de pertenencia con el proyecto y, con ello, la calidad del trabajo. El empowerment o empoderamiento del empleado en el equipo de trabajo puede llegar a suponer un factor diferencial muy relevante a la hora de enfocar de conseguir resultados.
En definitiva, todos los líderes y, especialmente, aquellos que en la actualidad trabajan en remoto deben comunicar muy bien el sentido de cada tarea o de cada decisión a los miembros del equipo, así como la contribución que esa tarea o decisión va a tener en el objetivo global. Sólo así lograremos una colaboración exitosa que favorezca la consecución objetivo final.
En remoto, es especialmente importante que los líderes se esfuercen más que nunca por comprender las emociones de su equipo. Es por esto por lo que todo buen líder debe tener la capacidad de comprender sus propias emociones para así comprender las de su equipo.
La empatía cobra una importancia muy elevada en esta situación, ya que considerar las emociones y sentimientos del equipo es más complicado cuando no estamos cerca para percibirlas. Por esta razón, el líder debe mostrarse cercano y comunicativo para poder conocer la situación de cada persona, mostrándose también empático para comprenderla.
De este modo, un líder que trabaje su propia empatía mejorará la comprensión de su equipo y, en consecuencia, tomará decisiones y pondrá en marcha comportamientos más alineados a la situación de cada persona del equipo. Esto, sin duda, favorecerá una relación más fluida y positiva con el equipo y con el trabajo en el día a día.
En un escenario como el actual en el que manager y empleado no comparten espacio físico, la confianza por ambas partes adquiere un papel clave. La confianza del responsable en el compromiso y responsabilidad del equipo es absolutamente fundamental para que funcione la relación entre ambas partes.
Los estudios que se están realizando hasta la fecha demuestran que la productividad de los empleados está siendo igual o mayor que cuando trabajan en las oficinas de la compañía y está flexibilizando la movilidad del capital humano, algo que puede suponer una auténtica disrupción en el mercado laboral mundial. Las empresas están observando que siguen operando de manera eficiente sin tener que asumir costes de infraestructuras y permitiendo a sus empleados estar basados en diferentes zonas geográficas. Ello pone de manifiesto que el liderazgo de equipos en remoto será cada vez una habilidad blanda más demandada en perfiles de mandos intermedios y altos que tengan personal a cargo.
Y tú ¿identificas alguna otra habilidad clave cuyo desarrollo favorezca el liderazgo en remoto?
- Fuente: The Real HR
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